La verdadera cosmética natural y Bio certificada no solo apuesta por efectivas y saludables fórmulas, enriquecidas con principios activos que cuidan la piel y el planeta, y que se producen buscando el mínimo impacto medioambiental, sino que también se preocupa por el continente.
En cuestiones de packaging, los esfuerzos van desde la innovación con envases de elevada reciclabilidad o reutilización, que puedan tener más de una vida, hasta la reducción de la huella hídrica y las emisiones de CO2 durante su producción pasando por la eliminación del embalaje innecesario y la apuesta por consumir papel reciclado con certificación FSC en los materiales publicitarios.
Un buen ejemplo de ello es la búsqueda de materiales alternativos más sostenibles, como el plástico de origen vegetal, obtenido de materiales vegetales y 100% reciclable o el uso de plástico reciclado fomentando la economía circular y evitando la creación de nuevos plásticos.
También los formatos sólidos, muy en tendencia, permiten reducir la fabricación de envases para lograr una cosmética sostenible.
¿Otro ejemplo? El aumento de envases tipo “refill”, envases recargables que permiten reducir la creación de nuevos recipientes reduciendo así el % de plástico utilizado en comparación con envases tradicionales.